La rosa es una flor que fascina desde el principio de los tiempos. A lo largo de la historia, los artistas han visto en ella una fuente de inspiración inagotable y un emblema del amor verdadero, hasta el punto de considerarla la reina absoluta de las flores.
Los cultivadores de rosas han sabido comprender su naturaleza y dotarlas de numerosas formas, colores y perfumes para nuestro deleite. La rosa domina con su encanto nuestro jardín, haciendo gala de una increíble diversidad. Regalar rosas se ha convertido en uno de los regalos más bonitos, ya sea en ramo o sola, nos permite declarar nuestros sentimientos más sinceros.
Las características de la rosa
La rosa es el nombre de la flor del rosal, una planta de la familia de las Rosáceas que pertenece al género Rosa.
La palabra rosa viene del latín rosa, rosae, con la que se designa al mismo tiempo a la flor y al rosal. Este término procede a su vez del griego antiguo rhodon. La rosa es una de las flores más cultivadas en todo el mundo, ¡y ocupa el primer puesto en el podio de las flores más vendidas!
Una flor con cientos de especies y variedades
La rosa roja es la más utilizada. Entre enamorados, es muy habitual regalar rosas a domicilio durante el periodo de San Valentín o para la fiesta de Sant Jordi. Sin embargo, la rosa roja no es la única que transmite amor y belleza, ¡en nuestros jardines podemos apreciar una amplia gama de estas plantas y sus preciosas flores de colores!
Todos los rosales provienen de los rosales botánicos o silvestres, entre los que se encuentran, por ejemplo, la rosa mosqueta. Los botánicos han identificado entre 130 y 150 especies de rosas. Las plantas cultivadas hoy en día son el resultado de miles de años de transformación. Las variedades son innumerables, y se estima que hay cerca de 3000 cultivares de estas plantas disponibles actualmente en el mundo. Sin embargo, solo se usaron una docena de especies para crear la mayoría de las rosas cultivadas que se encuentran en la actualidad.
Una variedad de formas y colores
En su forma original, la rosa presenta cinco pétalos y sus estambres están a la vista. Esta forma es muy similar a la de la rosa mosqueta (rosa canina), que en realidad es una rosa silvestre. Este aspecto tan sencillo conquistó a numerosos botánicos, que recogieron rosas de todo el mundo para entregárselas después a los cultivadores de rosas. Estos últimos han sido capaces de crear múltiples variedades de esta planta a lo largo de los siglos. Gracias a esta asombrosa diversidad, hoy en día encontramos rosas de colores muy diferentes, con una gran variedad de matices, tamaños, inflorescencias y formas: simples, semidobles o dobles, trepadoras, arbustivas y con periodos de floración muy diferentes.
Rosas antiguas y rosas modernas
Se habla de dos tipos de rosas, las rosas antiguas y las rosas modernas. Las rosas antiguas son los cultivares anteriores a 1867, nacidos de rosas botánicas. Tienen un olor increíble y una floración muy abundante, aunque es corta y única. Algunas especies de estas plantas ya han desaparecido, pero otras se cultivan aún en nuestros días, como por ejemplo:
- Las rosas gálicas o Rosa gallica, también conocidas como rosal de Castilla, de Francia o de Provins. Esta especie de planta es, de alguna manera, el antepasado de todas las rosas europeas.
- Las rosas centifolias o Rosa centifolia, llamadas así por su gran cantidad de pétalos.
- Las rosas de Damasco o Rosa damascena, la Venus de Oriente Medio. Muy perfumada, esta variedad de rosas se cultiva en Bulgaria y en Marruecos para la producción de esencia y agua de rosa.
- Las rosas alba, (que significa blanco), o Rosa x alba, que ya existían en la época de los griegos y de los romanos y que provienen de Asia Menor o Central.
En 1867 se creó el primer híbrido, la rosa “Francia”, que dio nacimiento a las “rosas modernas”. Esta categoría designa a todas las variedades obtenidas después de esta fecha, como los rosales “de flores grandes”, las “floribunda”, por su floración abundante, y los “rosales ingleses”.
Historia de la rosa, una flor fascinante
La rosa ha acompañado al ser humano a lo largo de la historia y ha fascinado a las diferentes civilizaciones tanto por su estética y aroma como por sus cualidades curativas y cosméticas.
La rosa en la Edad Antigua
Se sabe que los griegos y los hebreos cultivaban rosas y las empleaban en sus ceremonias nupciales. También se han encontrado rosas en las tumbas egipcias, cuya finalidad era acompañar a los muertos hacia la eternidad. Los romanos, por su parte, desarrollaron todo un arte en torno a estas flores: sus pétalos se utilizaban para crear alfombras en el suelo y para celebrar los días de fiesta, a modo de confeti.
Las plantas de las rosas se cultivaban principalmente en Egipto y en Persia. Los romanos comenzaron importándolas por barco, antes de cultivarlas ellos mismos. Para ello desarrollaron un sistema ingenioso que forzaba su floración, calentando los suelos de cultivo con canalizaciones de agua caliente. Aunque haya pocos testimonios escritos, se supone que la rosa de esta época era la Rosa de Damasco, que se fue expandiendo por los territorios del Imperio Romano a medida que estos iban aumentando.
Fuente: https://www.interflora.es